¡Barranquilla!

¡ciudad única!

Este artículo me cayó entre manos en estos días, durante una acción de limpieza general en el apartamento. Entre revistas de aviación, automóviles y otros temas afines encontré un Heraldo extraviado, que creo, compré en una de mis visitas a Curramba... La acción terminó al instante; no tuve otra opción que volver a leerlo. Lo bonito de este artículo es además de su contenido, el delicioso estilo barranquillero en que está escrito ... (¡Al copiarlo intenté eliminar pequeños errores que contenía el original, pero seguramente habré cometido algunos yo también!) Manfred
por Isabella Santo Domingo en "El Heraldo"
(7 de Julio de 1991)

 
 

 

Vivir en Barranquilla es como protagonizar la más original de las películas. Un filme en donde se mezclan ingredientes como el drama, la fantasía, los efectos especiales, el misterio y hasta la comedia... en algunos casos. Aquí suceden casos y cosas insólitas, sorprendentes y casi inexplicables, tanto, que si no tuvieramos la suerte de haber nacido y aprendido a sobrevivir en esta urbe, nadie nos creería por las que tenemos que pasar sus habitantes para poder mantener la armonía y la alegría que distingue a nuestra gente a través del país (...y del exterior- Manfred). Porque la verdad es que Barranquilla es única, una ciudad tan llena de cosas buenas, de costumbres graciosas, de gente amable y de problemas que, por grande que séan, siempre resultan pequeños al compararlos con las satisfacciones que ella misma nos brinda en su seno.

Hace muy poco, en una de esas populares reuniones llamadas "te-showers" (muy típicas de la región) en las que un buen número de mujeres se reúne en un sitio, luciendo sus mejores galas, en donde se pasa un ameno rato tomando coctelitos, comiendo picadas deliciosas, criticando y prácticamente "destruyendo vivas"a las que por una razón u otra no pudieron asistir (con comentarios que van desde un desatino a la hora de elegir un color de vestido hasta la mismísima manera de espabilar), allí le dimos pausa a los apuntes negativos y le dimos rienda suelta a la imaginación cuando hicieron la siguiente pregunta: "Bueno, y si tanto les molesta esta ciudad,? por qué viven aquí? O las que en alguna oportunidad han estado por fuera, ? por qué han regresado?"

En ese momento muchas tragaron en seco, otras se volvieron mudas, un buen número se excusó repentinamente para ir al baño y otras nos quedamos allí sitiéndonos mal por ser tan desagradecidas con esta ciudad que por encima de cualquier crítica, ha sido inmensamente generosa con nosotros, sus hijos. Vamos, admítanlo, Barranquilla es una ciudad como pocas, tan fácil de criticar, pero tan difícil de olvidar.

Esta es una recolección de casos y cosas que créanme ..solo pasan aquí. Algunas son motivo de angustia para algunos, otras son hechos cómicos propios de "La Arenosa". Sea cual fuere el motivo, es esto precísamente lo que hace de Barranquilla una ciudad única:

Los arroyos: ¡Claro que todos sabemos qué es un arroyo! Pero, (ya me sucedió en una ocasión) si de repente tenemos de visita en la ciudad a un turista, cómo le explicas que aquí es perfectamente natural que las calles y demás vías públicas sufran una "pequeña" metamorfosis temporal cada vez que llueve? Tengo una amiga caleña que casi se priva al ver que un minutoantes de llover transitábamos en una calle normal y al ratico navegábamos en un rio salido de quién sabe dónde y del cual teníamos que escapar rápidamente antes que nos arrastrara hacia algún lugar desconocido. Al finalizar mi diestra fuga del lugar de los acontecimientos, mi amiga me confesó visíblemente consternada: "En mi vida había presenciado algo tan emocionante". Si lo miramos desde otro punto de vista, seguro estaríamos de acuerdo en afirmar que la experiencia de escapar de un arroyo es fascinante. Hay quienes aprovechan los arroyos para deshacerse de la basura que por días ha esperado en la puerta de sus hogares a que alguno de los escasos camiones recolectores se apiaden de ellos y se la lleven. Es por eso que no es nada raro ver gente mal educada, arrojando bolsas y cajas de desperdicios, muebles y todos los trastos viejos que se le ocurran en estos rios urbanos. Hay también quienes aprovechan la ocasión para ganarse unos cuantos "chivitos" extras. Son los que se encargan de "construir" minipuentes de madera para que los peatones no se mojen los zapatos en las calles encharcadas y un servicio de "ferry" de un lado de la acera al otro, por un módico y razonable precio, ¡Claro está! Otros prefieren divertirse de lo lindo utilizado, a su libre albedrío, toda la imaginación que nos distingue como costeños:amarran una cuerda a un árbol y ¡a esquiar se dijo! ¡Es única o no?

El rebusque: Hay quienes acertadamente aseguran que con la labia del barranquillero se puede vender hasta un hueco. Es increíble darse un paseíto por el centro de la ciudad y descubrir los más insólitos vendedores ambulantes: los hay vendiendo ingeniosamente frutas, papitas y paletas, alegando que las hay hasta dietéticas. Allá ustedes si se dejan tramar pero, por lo menos, una sonrisa produce su ocurrencia y hasta terminamos comprándole al simpático individuo. También encontramos los populares laminadores instantaneos de documentos que, por un razonable precio, plastifican sus papeles importantes en un abrir y cerrar de ojos. Emboladores, vendedores de guarapo, arroz de lisa en hojas de "bijao" en plena via pública, peto, raspao en carritos impecablemente decorados, los tipos que venden tintos cargando al hombro un buen número de termos (un amigo le preguntó a uno de ellos que si también llevaba sopas y malteadas), los que venden cardamomo y hasta los que venden agujas para coser claderos. Estos son a grosso modo, algunos de los personajes que hacen de esta, una ciudad incomparable.

El servicio telefónico: Admito que a mí particularmente, al principio, me daba ira tener que esperar por espacio de 15 minutos a que el aparato telefónico diera tono para hacer una llamada "urgente", ahora la cuestión me produce risa. En la actualidad, en casi todas las ciudades de Colombia y en la mayoría del mundo el tono es instantáneo, tanto que hasta nos da angustia hacerlo esperar para marcar un número. Aquí, llamar por teléfono se ha convertido en todo un programa. "Voy a llamar por teléfono", es el anuncio público al que nuestros interlocutores entienden que puede suceder cualquier "imprevisto" (entiéndase tonos esquivos, lineas cruzadas o simplemente la imposibilidad de lograr el objetivo), durante la acción y que esta puede tener un espacio de duración que, por supuesto, no está claramente establecido. Cuando levantamos el teléfono para llamar es toda una aventura: si el tono nos da inmediatamente nos sentimos afortunados ese día, si se demora, como de costumbre, le rogamos a Dios un poquito de piedad, si se cruzan las lineas no podemos evitar volvernos "chismosos" y escuchar atentamente lo que hablan los demás y si de repente te contestan en otra parte te resignas a colgar y volver a intentar cuantas veces sea necesario. Tengo un amigo que una vez me dio la rectificación de su teléfono para que lo llamara, yo ingenuamente le pregunté si había cambiado de linea a lo que él calmadísimo me contestó: "No, lo que pasa es que se cruzaron las lineas y si marcas mi número contestan mis vecinos... este es el número de ellos que ahora suena en mi casa. Tu sabes mientras se arregla la situación". ¡Plop!

El agua: Luego de indagar hasta debajo de las piedras buscando una explicación he llegado a la conclusión que creo somos la única ciudad del mundo edificada al lado de un rio, en donde jamás hay agua. En los barrios del sur ya es costumbre levantarse religiosamente todos los días a comprar agua para cocinar y poder asearse.
Ni en el desierto del Sahara se ve tal cosa, seguramente. Por otro lado, cuando se dice que el servicio de acueducto está trabajando eficientemente, esto significa que de todos modos nos toca hervir hasta el agua con que nos cepillamos los dientes porque de igual forma nos llega con un color "sospechoso" oscurito tirando a negro.
A quién no le ha sucedido que luego de un caluroso y agitado día sueña con darse una larga ducha y, !oh sorpresa!, no hay agua y cuando esta llega le toca esperar unos cuantos minutos para que se "aclare" un poquito para poder culminar con la meta impuesta: asearse. También es muy popular que se presenten casos de "pescas milagrosas" en los propios baños. Si a veces aparecen lisas saliendo de los grifos, lo que hace imperativo organizar un programa pesquero en su propio hogar. Si, hasta lo deberían patentar y venderlo como un programa turístico para que los extranjeros visiten más a menudo la ciudad. No sé si a ustedes,pero a mi sí, la cuestión me parece ya un poco jocosa por aquello de que al mal tiempo buena cara.

La Luz: Vivimos a punta de racionamientos y estos se han convertido en menú diario. Ya nos hemos acostumbrado también a vivir a oscuras. Si no hay luz en la tarde, esto se convierte en una excelente excusa para visitar a aquellos amigos casi "olvidados" que viven en el otro sector de la ciudad donde si está funcionanddo el servicio eléctrico. Si de noche no hay luz y tenemos algún evento social, pues nos empacamos nuestros "motetes" y nos vamos a arreglar a otra parte. Y si de casualidad ésta se va mientras disfrutamos de una intensa película en el cine...no dudamos un sólo instante en hacer fila a la salida , en donde reparten una contraseña con la que puedes volver otro día,que si haya luz, para verte el inconcluso final. Pensar que todavía estamos pidiendoigual que Goehte al momento de su muerte..."!luz, más luz!"

Actividad social: El costeño de por sí, es una persona amable y divertida pero, por encimade todo,ingeniosa y creativa. Se dice que un barranquillero se divierte hasta en fueral, es por esto que no es raro encontrar que entre las formas de diversión más populares de nuestra gente tengamos:

Las reunines espontaneas en las puertas de las casas.

Esta es una costumbre ancestral, la cual consiste en armarnos de sillas, sillones y preferiblemente mecedores para salir a la puerta a ver quien pasa... o con quien, para hablar "paja" o simplemente a refrescarnos.

Gasolinear

No hay que tener un carro propio para organizar uno de esos programas, con el de un amigo es suficiente, en bus o en taxi. El modo de transporte no debe ser, bajo ningún punto de vista, un inconveniente para salir a gasolinear cualquier tarde en la "Arenosa". Este "deporte" consiste en pasear, pasear y "re-pasear" por las cuadras de moda para ver cuantos amigos y conocidos nos podemos topar en una sola tarde.

Los populares "Picós"

En cualquier esquina se arma una rumba con uno de estos potentes aparatos musicales. Se han popularizado en barrios como Simón Bolívar en donde nunca se apagan. Es cierto que muchos vecinos hasta quejas ponen, pero igual se les olvida al dia siguiente el reclamo oficial y van a bailar hasta la madrugada cualquier dia... hasta de semana.

El Carnaval

Famosísimo a nivel nacional y próximamente, con un poquito más de esfuerzo, internacionalmente también. Son cuatro días de desorden colectivo, en donde es legal no ir a trabajar, emborracharse, bailar desaforadamente en las vías públicas, tirar Maizena y amanecer hasta nueva orden. El programa favorito de grandes y chicos, esperado durante tooodo el año. Hay quienes trabajan todo el año para ahorrar suficiente para hacerse un "tronco" de disfraz para exhibir en la popular Batalla de Flores. Además, aquí la fiesta comienza varios meses antes con la elección de la reina de las festividades y con el famoso precarnaval. Esta es una fiesta que dura unos tres meses aproximádamente. ¡A quién le duele?¡A los cachacos!

Días feriados

Aquí se celebran más días festivos que en ninguna otra ciudad. El de San Pedro, San Pablo, "San-cocho" y demás. El dia del maestro, el del campesino y hasta el de la mascota, esto sin contar con las fiestas oficiales como Navidad, Dia de la raza, 20 de Julio y hasta la independencia de los países hermanos, algunas de las fechas que aquí festejamos fielmente. Si nos ponemos a pensar estre días festivos y puentes... Barranquilla es una sola fiesta. ¡Y A quién le duele?¡A los cachacos!

Con razón que el que llega a vivir a esta ciudad termina por amañarse y por no querer mudarse y los que nacen y viven en ella con todo y que a veces la critican, lo cierto es que la adoran y no la cambiarían por ninguna otra. Con todo y los problemas evidentes por los que atravesamos a diario, esta es una ciudad distinta, bella en su propio estilo, con gente alegre, espontánea y extrovertida que logra hacer de este pedacito de tierra olvidado y criticado...¡todo un paraiso terrenal! Atrévanse ustedes también a pregonarlo con alegría, a invitar turistas con orgullo para que séan testigos de que si vivimos en una ciudad diferente: ¡Barranquilla es realmente única!